Nicol Pinilla

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Por qué y para qué ser Santo?

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El fruto de la comunión con Dios se refleja en nuestras actitudes, se constata cuando alimentamos más el espíritu que la carne, cuando nuestros sentidos van integrándose con los de Dios, tus anhelos y deseos se unifican con los de espíritu de Dios lo que a diario te va elevando a un nivel más de santidad.

Espero que puedas comprender por lo tanto, que en ningún momento quiero señalarte o acusarte, porque no soy juez de nadie, lo que pretendo es poder hacerte entender que para conseguir la abundancia de espíritu de Dios es necesario sacrificar la carne, ya hiciste lo principal: los deseos de los ojos, de la carne, de la mente, etc... Pero ahora se trata de santificar cada rincón de tu vida para que allí abunde su gracia y por ende su fruto, no es martirizante porque a medida que tu cuota de santidad crece, tu cuota de la abundancia de Dios también. Entiende que nunca será suficiente, porque Dios siempre tiene más para ti, entre más espacio hagas en tu vida para santificarte, más espacio habrá no sólo para sus bendiciones sino también para Su presencia.

Eres como una rama que debe dar fruto.

»Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. (Juan 15:5 NVI)

Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos. (Juan 15:8 NVI)

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